jueves, 11 de noviembre de 2010

Transmilenio es el negocio perfecto

Hace algunos años, sostuve acaloradas discusiones sobre el Transmilenio con personas a las que les parecía una solución al problema del transporte en Bogotá. Para mi era claro que Transmilenio era un atentado contra la dignidad de los bogotanos, pero con lo que menos estaba de acuerdo era con que se presentara como un regalo a la ciudad. Mucha gente decía que Bogotá se había modernizado gracias al entonces alcalde Enrique Peñalosa y se empezaron a pasar notas en los noticieros de gente que regresaba a la ciudad después de muchos años y todos coincidían en decir que ahora veían una "urbe moderna". Otras notas repletas de orgullo hablaban de las visitas que nos hacían expertos en medios de transporte masivo desde Brasil y Chile, pero también desde Japón, Noruega y Alemania que venían a conocer el portentoso invento criollo.

Comprendí que había una especie de consenso en torno al tema del Transmilenio y al rumbo que le estaban dando las administraciones distritales a Bogotá y decidí irme en busca de una vida digna y en paz en otro sitio.

Hoy a través de las redes sociales me doy cuenta que mucha gente me daría la razón, simplemente yo vi venir el caos antes que los demás.

Pero entonces ¿ qué era lo que veían los expertos que venían desde los paises más avanzados del mundo en Transmileno? Efectivamente se trata de una gran invención que beneficia a muchas personas entre las cuales, infortunadamente, no se encuentran los millones de usuarios de este sistema de transporte.

Para empezar, el costo del pasaje es más alto que el de cualquier otro medio de transporte y a diferencia de lo que pasa en otras ciudades del mundo, la compra anticipada de varios pasajes no da derecho ni a un peso de descuento, así que más de un millón de personas tienen que pagar cada día al menos dos veces 1600 pesos colombianos, de forma que al sistema ingresan más de tres mil doscientos millones de pesos diarios, cerca de dos millones de dólares y esto es solo por ahora pues vienen nuevas líneas. Un gran hit.

Pensaría uno que de todas formas, de esa enorme cantidad de dinero hay que descontar los costos de operación, pero aquí viene el segundo gran hit que se anotaron al diseñar este sistema. El principal insumo no es electricidad, como en cualquier sistema moderno, sino combustible fósil! que es provisto por los mismos dueños de todo en este país. En Colombía los dueños del negocio de la gasolina, diesel y demás derivados del petroleo son tan poderosos que han logrado que no haya tren para que las carreteras vivan llenas de tractomulas y buses que transportan carga y pasajeros consumiendo combustible y llenando sus arcas de dinero. Desde luego era importante que el transporte de la ciudad más grande del país también funcionara con combustible fósil y lo lograron. Así ahora son dueños de toda la cadena y no se les escapa ni un centavo.

Pero había un problema: al tratarse de buses - chimenea humeantes y contaminantes, no podía construirse subterráneo pues los gases de escape acumulados en los túneles matarían a la gente y tampoco de trata de eso (al fin de cuentas ellos son los que pagan). Si no se hacía subterránero ¿cómo se iban a justificar las excavaciones y los grandes contratos de construcción? Recordemos que en Colombía todo se hace por medio de contratos en los que se reparte plata a todo el mundo (menos al contribuyente). La solución nuevamente fue ingeniosa: Los buses circulan sobre una vía exclusiva que requiere una excavación porque está hecha de Concreto!! Aqui hay no un hit sino al menos cuatro:
  1. El concreto es descartable, a diferencia del asfalto común que es reciclable en algún porcentaje, así que una vez que se daña hay que excavar y reconstruir por completo la vía generando nuevos contratos $$$
  2. El concreto para construir de nuevo la vía cada vez que se daña es provisto por las cementeras, que en Colombia son propiedad de los mismos dueños de todo, así que adicionalmente al dinero de los pasajes, los impuestos entran como otra ganancia para los dueños del sistema.
  3. Por tratarse de un sistema de superfice, desplaza y confina a los demás vehiculos fuera de su carril exclusivo de manera que quien no quiera ser usuario está obligado a compartir los estrechos carriles mixtos con todo el resto del tráfico de la ciudad y prácticamente se le impide circular, así que si quiere avanzar debe someterse a ser usuario del sistema.
  4. Las vías están en permanente reconstrucción lo que les da a los gobernantes plazas de trabajo para ofrecer a un ejercito de obreros miserables lo que ayuda a bajar sus indices de desempleo así sea una pizca. El ciudadano tiene la esperanza de que las obras terminen algún día, cosa que jamás ocurrirá.
  5. La competencia se borra de un plumazo ya que por donde va el Transmilenio prohiben la circulación de cualquier otra empresa de buses.
El negocio entre la alcaldía y los dueños de los buses es así: la empresa distrital Transmilenio le paga a los operadores por kilómetro recorrido, por lo cual a estos señores les da lo mismo si el bús está vacío o si la gente se va ahogando por el sobrecupo. Para pagar lo menos posible, Transmilenio ajusta la frecuencia con la que solicita buses a los operadores para que las estaciones permanezcan llenas de gente desesperada que se lanza cuando aparece su ruta. Con ese truco consiguen con un costo mínimo enlatar al rededor de 160 personas por viaje. Todos despojados de su dignidad y dispuestos a someterse a lo que sea con tal de poder llegar a su destino.

Entiendo que para el mundo sea sorprendente un sistema al que entra un caudal de dinero impresionante y después de que un peso entra no lo deja escapar, pero parece que ya se dieron cuenta que todo eso se logra a costa de la dignidad y bienestar de los usuarios y por esa razón ha sido desechado como opción en países desarrollados.