lunes, 25 de enero de 2010

Corrupción: eterna y universal excusa

Es el enemigo que combaten los defensores de los desposeidos, es el origen de todos nuestros males, todos al unísono la rechazamos, la conocemos desde hace siglos y a pesar de que cada vez hay más caballeros de brillante armadura y valientes heroinas que le declaran la guerra, la vemos crecer y fortalecerse con el paso del tiempo: es la corrupción!

Pocas cosas en el mundo son tan universalmente repudiadas, en cualquier elección a un cargo público los candidatos sin excepción juran luchar contra ella y sin embargo es normal que entre ellos se acusen mutuamente de practicarla.

Yo siempre he creido que estos comportamientos, que todos nos negamos a reconocer en nosotros mismos pero que no dudamos en señalar en los demás (así como lo hacemos con la intolerancia, la violencia o la envidia, por nombrar algunos) tienen la asombrosa propiedad de infectar la sociedad como un virus del que todos somos portadores y que está latente en cada uno de nosotros, los que con orgullo nos jactamos de ser totalmente ajenos o inmunes a esos males.