martes, 8 de diciembre de 2009

Las inofensivas amenazas por internet

Se ha desatado en Colombia una gran controversia en torno al caso de Nicolás Castro. Un estudiante universitario que está siendo procesado judicialmente por amenazar de muerte a Jerónimo Uribe, el hijo del presidente Alvaro Uribe, a través de la red social Facebook. Las opiniones a favor y en contra están claramente sesgadas por el afecto o el odio que quien las emite tenga hacia el presidente de la república, con lo cual tenemos una serie de gritos acalorados en donde deberíamos tener una discusión seria.

Entre los argumentos que esgrimen los defensores está el derecho a la libre expresión, el hecho de que fue un acto realizado sólo por diversión y el énfasis en las declaraciones de familiares, amigos y compañeros de universidad sobre la "inofensividad" de Castro. Critican también los defensores del muchacho, y otros quienes solamente participan en este caso por ser detractores del gobierno, que existen muchisimos otros casos de amenazas de muerte que están sin resolver y que llevan años en manos de la justicia sin que se produzcan resultados tan rápidos.

Creo que lo que ha escapado a todos los análisis hasta ahora es el caracter que tiene una red social, en especial Facebook. No olvidemos que aquí mismo en Colombia se convocó a través de esta red social la marcha más multitudianaria de la historia del país. Es claro que muchas personas se encuentran confundidas por el caracter "virtual" de las acciones realizadas en Facebook, y pierden de vista que actualmente las redes sociales son solamente una extensión de nuestra realidad y no un mundo paralelo. Claramente lo que ocurre en Facebook tiene repercusiones y consecuencias el mundo real porque es parte de él. A la luz de esta realidad es muchisimo más fácil dar respuestas a los interrogantes planteados por los indignados defensores del estudiante Castro, veamos: ¿Por qué se le da tanto despliegue y se destinan tantos recursos para capturar a un inofensivo estudiante? La respuesta: crear un grupo en Facebook para asesinar al hijo del presidente de la República equivale a pararse en una esquina con un cartel anunciando que alli se están recibiendo las inscripciones para quienes deseen matar a Jerónimo Uribe. Habría que ser jurista, pero a mi eso se me parece por lo menos al terrorismo y al concierto para delinquir. También creo que habría mayor posibilidad de anonimato al actuar en una calle que al hacerlo a través de internet donde quedan registradas las direcciones, horas, fechas y textos de lo que uno hace.

No creo que se esté atropellando en forma alguna la libertad de expresión, yo escucho todo el tiempo expresiones en contra del actual presidente sin que a las personas que las emiten se les impida en forma alguna hacerlo. De hecho he escuchado a personas decir que ojalá mataran a fulano o sutano y esas personas siguen libres porque hay una distancia muy grande entre expresar una opinion y la acción concreta de entrar a conformar un grupo cuyo fin es matar a una persona.

Es cierto que existen miles de amenazas de muerte en contra de personas, muchas de ellas opositores del gobierno, y estoy seguro que contra miembros del gobierno deben existir otras tantas empezando por el propio presidente y practicamente todas se encuentran sin resolverse. Creo que aquí la celeridad con la que actuó la justicia para capturar al responsable tiene que ver más con la candidez (no inocencia) de Nicolás Castro. ¿De verdad este joven creyó que por haber usado el "portatil viejito" y un seudónimo para la creación del grupo en Facebook no lo iban a encontrar? Y luego se queda tan tranquilo cuando ve que lo empiezan a investigar y sencillamente decidió no huir sino quedarse a disfrutar de la acogedora casa paterna y siguió asistiendo como si nada a la universidad y seguramente a reunirse con sus amigos y con su novia como si lo hecho fuera comparable con un bebé que rayó la pared. Esto es lo que me parece más grave a mi, aquí es donde disciento de quienes afirman que el estudiante es inofensivo. Me parece que la creciente tendencia de vivir del lado de la legalidad mientras se cometen acciones que se oponen al orden de nuestra sociedad amparados en el anonimato es como una plaga y hay que frenarla. Es importante sentar un precedente.

A raiz de este caso han surgido varios grupo en Facebook pidiendo la libertad de Nicolás Castro y en la descripción de éstos se encuentran también verdades revueltas con mentiras y una gran dosis de desinformación que no ayudan en nada a Colombia. Por ejemplo se empieza por decir que se está castigando una opinion negativa sobre el gobierno. La verdad es que grupos con opiniones negativas sobre el gobierno existen desde hace tiempo y alli siguen sin que encarcelen a nadie porque una cosa es opinar y otra muy distinta crear un grupo con el objetivo de matar. Otra cosa que se dice es que aunque las amenazas en Colombia son el pan de cada día, la justicia sólo actúa cuando se trata de los hijos del presidente. Pues bien yo creo que esta no es la primera amenaza contra los hijos del presidente, lo que pasa es que las otras amenazas no han sido hechas por alguien tan cándido (ignorante?) para dejar todos sus rastros en internet y luego "decidir" que no ha hecho nada malo y que simplemente va a seguir viviendo rico en casa de los papis. La defensa más escalofriante por evidenciar la doble moral que caracteriza a nuestra sociedad es la que dice que Nicolás Castro creó ese grupo (sólo por diversión) escrito así, entre paréntesis. En ese caso creo que lo más coherente sería que lo condenen y lo encierren una buena temporada en la carcel (sólo por diversión), como una forma de incentivar tanto a él como a otros para que escojan otro tipo de actividades para divertirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario